por GameReport
25 marzo, 2015
El miedo. El miedo lo cambia todo. Una tormenta incólume se alza sobre nuestra caverna y un rayo fulminante cae partiendo en dos el árbol del conocimiento. Desde entonces el fuego nos alimenta día y noche, nos ilumina. El terror del silencio se hace grito y las nuevas generaciones nacen bajo la rúbrica de su conocimiento. Íntimamente ligado al progreso, a la supervivencia del más suspicaz, el terror transforma derivas en decisiones finales.
Aunque la idea rondaba desde los primeros compases de la revista, no ha sido hasta este octavo cuando hemos puesto nombre y forma a nuestro número de terror. Nombre porque entendemos el miedo como gen universal y por tanto propio de autores: Swery65, Suda51, Clive Barker o Shinji Mikami, entre otros. Y forma porque, como género, no tiene punto de partida ni final: es un mecanismo depurador, necesario, perenne en nuestra herencia. Como la muerte. Desde el piso piloto de ‘PT’ a la mansión de ‘Resident Evil’, la casa-puzle de ‘Alone In The Dark’ o el hogar-prisión de ‘Eternal Darkness’, los espacios domésticos disparan pavores primitivos: nuestra cueva se ilumina y allá donde haya luz siempre habrá oscuridad.
A diferencia de otras ediciones de GameReport, esta vez hemos apostado todo por la temática, apenas hay concesiones a otro tipo de juegos. Somos plenamente conscientes de este exceso, igual que sabemos cuántas obras troncales se nos han quedado en el tintero, quizá para otra entrega. Allá van unas pocas: ‘Project Zero’, ‘Dead Space’, ‘Condemned’, ‘Sanitarium’, ‘Rule of Rose’, ‘Siren’, ‘Kuon’, ‘Deep Fear’, ‘Dino Crisis’, la trilogía de Laura, ‘Parasite Eve’… Pero GameReport son las personas que lo componen. Nuestros redactores sacan tiempo de compromisos personales y laborales para realizar este sueño; el departamento de arte empieza a recibir importantes encargos, y sólo nos queda creer en vosotros, lectores, para continuar bregando. Somos un grupo de amigos y amamos este proyecto, pero también somos realistas con nuestras metas.
Caemos en el vicio de mirar atrás con romanticismo, idealizando el avance del tiempo como un acto noble y pacífico, pero la realidad huidiza nos recuerda cómo se repiten tropos comunes, cayendo en círculos concéntricos. Por ejemplo, las leyendas urbanas: hacia 1900 una serie de paisajistas checos comenzaron a introducir en sus pinturas hombres delgados, extraños slendermans: Jaroslav Panuska, Hanus Schwaiger y hasta el maestro del art noveau Alfons Mucha. Y si algo nos ha quedado claro revisando de manera arqueológica el género es que tal vez haya distintas tipografías de miedo pero todas conectan en un mismo precepto: el miedo siempre está ahí. En definitiva, esperamos que compartan su tiempo y encuentren agradables (y perturbadoras) lecturas en GameReport. Hora de combatir al monstruo del armario.
+ Descarga GameReport #8: Necrologías: Detrás del miedo.
¡Nos hemos mudado!
Conoce nuestra nueva revista y apoya el proyecto de Editorial GameReport.
Entra en el LOOP