por Luis García
16 enero, 2019
No os voy a engañar, tenía en mente empezar esta semana esa primera entrada que llevaría un extra protagonizado por los músicos que firman las bandas sonoras, pero mis responsabilidades profesionales y una carga extra de trabajo me han impedido volcarme en la evolución de la sección. Eso, y que en esta casa estamos entregando ya los textos del nuevo monográfico, y es nuestra obligación volcarnos en ofrecer el mejor resultado a nuestros lectores. Dicho esto, hace unos días mi compañero Pedro me dió la idea de meterle mano a la banda sonora de ‘VVVVVV’, un juego que tenía visto pero nunca había comprado. No era la primera vez que me lo mencionaba, y me pareció una estupenda idea de cara a la entrada de esta semana. Y vaya si ha merecido la pena. La obra diseñada por Terry Cavanagh, y distribuida por Nicalis en un sinfín de plataformas (hola, Ouya), es un plataformas que mira a los metroidvania en varios aspectos y que basa el core de su jugabilidad en un desplazamiento fundamentado en la gravedad. En ‘VVVVVV’ somos el comandante de una nave espacial que ha sufrido un accidente, y nos vemos inmersos en la caótica búsqueda de nuestra tripulación, repartida por varios mundos a los que podremos acceder a través de unos portales que el juego nos invita a encontrar explorando su extenso mapa. A medida que vamos avanzando, el sistema de desplazamiento nos ofrece alternativas, todas basadas en la gravedad, y una serie de retos, que gracias a la simplicidad de la propuesta harán que las agujas del reloj vuelen.
Bajo esa etiqueta retro que inunda ‘VVVVVV’, la banda sonora compuesta por Magnus Pålsson nos ofrece más de media hora de música recogida en un álbum llamado ‘PPPPPP’, publicado en 2010 junto al estreno del juego. Chiptune por bandera, sonido ocho bits que encaja a la perfección con la estética del juego, gracias a una decena de melodías enérgicas que apoyan la necesidad del jugador de reventar cada reto que se le propone, con la dinámica del ensayo-error como única vía para el éxito. Desde los 70 bpm hasta los 125, la mezcla de chiptune a partir de loops variables, un recurso que intento aplicar para dar más dinamismo a las sesiones, y que las mezclas sean más extensas y palpables. Media hora de música en este trigésimo primer Continuous Play. Ahora sí, coge asiento —si puedes también unos auriculares—, dale al Play y disfruta.
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