Beats & Bits

Track 05

por

21 junio, 2017

¡Buenos días! En pie, camaradas, que este miércoles os traemos una selección musical que huye de la aleatoriedad y el absoluto caos acostumbrado en anteriores iteraciones de esta sección. No me negaréis que hay algo especial en esos primeros niveles de cuantos videojuegos queráis probar. No me negaréis que en ese primer contacto musical estriba gran parte de la impronta que un videojuego es capaz de dejar en vosotros. Y es por eso que hemos decidido homenajear los temas de aquellos primeros niveles en videojuegos tan variados como podáis imaginar, aunque sea por aquello de conservar cierto nivel de aleatoriedad. Marchando una de niveles 1-1. ¡A disfrutarla!

Pedro J. Martínez

Super Mario Galaxy – Good Egg Galaxy

Escuchar los primeros acordes del primer nivel canónico de ‘Super Mario Galaxy’ tiene en mí el mismo efecto que cuando le dan las largas a un conejo en una carretera nacional a medianoche. Rigidez muscular, abandono inmediato de cualquier actividad, extensión de las orejas hasta el punto máximo. Parálisis completa e incapacidad para volver en sí hasta pasados unos segundos. Estado de alerta felina. Y es que se trata de una música que te hace viajar a planetoides del tamaño de un queso gruyere, a recoger trocitos de estrella brillantes, a salir disparado entre giros y acariciar el polvo estelar. El carácter orquestal de Mahito Yokota se une a la demostrada maestría de Koji Kondo en una de las bandas sonoras más inspiradas de todos los tiempos.

‘Good Egg Galaxy’, junto a ‘Gusty Garden Galaxy’, son esa clase de temas que te alegran el alma cuando te los encuentras salpicados en otros títulos posteriores de ‘Super Mario’ o en cualquiera de las decenas de spin-offs del fontanero. Melodías que son un puñetazo en la mesa, que apuntalan una nueva era para una saga que empezó cuando los píxeles andaban en pañales. El ‘Overworld’ del primer ‘Super Mario Bros.’ es a los videojuegos clásicos lo que este ‘Good Egg Galaxy’ es a la nueva ola, el himno de la nueva generación a la que Nintendo volvió a robar el corazón.

Alejandro Patiño

Sonic the Hedgehog 2 – Emerald Hill Zone

Hay algo más además de Tails que llama la atención en la recta inicial de ‘Sonic 2’. Si bien su pantalla de Press Start es una fiel recreación de la del primer capítulo, con nuestro querido zorro de dos colas irrumpiendo de repente y la misma música sonando, lo que encontramos en el primer nivel de Emerald Hill Zone es un baño de frescura de carácter desenfadado y alegre. Atrás quedan los niveles más verticales del primer ‘Sonic the Hedgehog’, lejos su vertiente de exploración y el talante cogitabundo de un Sonic que todavía debía probarse a sí mismo.

‘Sonic 2’ es una oda a la inmediatez y la velocidad, una carta de amor a la sencillez y un sí rotundo a la confianza y la reafirmación personal. Y eso, como no podía ser de otra manera, se transmite en gran parte gracias a su banda sonora. ‘Sonic 2’ debía apuntalar las bases de una franquicia capital, apuntalar sus virtudes y deshechar todo aquello que no aportara. Es así cómo nacieron esos niveles más directos, más veloces, salpimentados aquí y allá con alguna que otra fase más sosegada. El tema de Emerald Hill Zone es capaz de transmitir, de una tacada, toda esa voluntad de cambio y todo ese espíritu tan difuso hoy como cristalino en su momento. Podemos sentir la nueva dirección del puercoespín de Sega en lo directo de su inicio, su aire inimitablemente buenrrollero y una sencillez melódica que nos habla de inmediatez, velocidad y carisma. Tú también creaste a Sonic, Masato Nakamura.

Sergio Guerreiro

Final Fantasy VII – Bombing Mission

La música de Nobuo Uematsu es conocida por todo el mundo, incluso para aquella para la que los videojuegos son un mundillo que le resulta lejano. Canciones que han acabado formando parte del imaginario colectivo, ya sea por covers o remixes de cualquiera de las melodías que integran el legado musical que ha creado el compositor fetiche de la saga ‘Final Fantasy’; llegando a ser tan importante como para crear una gira de conciertos con piezas (en su gran mayoría) suyas que enamoran a los fans y a los que no lo son tanto.

Pero hubo un tema que lo empezó todo, el que la mayoría recuerda con más fuerza de su niñez, la introducción del juego que popularizó por todo el mundo a la saga de Square y la coronó como uno de los principales exponentes del JRPG para los occidentales. ‘Bombing Mission’ empieza misteriosa, casi fantástica. El cielo estrellado, una joven misteriosa y, como clímax de su primera parte, la visión de una ciudad futurista que impresiona y sobrecoge. Y una vez acaba ésta empieza la segunda parte para ponernos a tono, de como vamos a bordo de un tren para asaltar uno de los reactores de Mako que quieren acabar con el planeta. La melodía cambia a una más aventurera y bélica, contribuyendo así a cerrar la introducción para dar paso a un nivel y unos combates que están grabados a fuego en la memoria de tantas personas. Fueron los que empezaron un legado. Los que iniciaron una leyenda.

Jonathan Prat

Electronic Super Joy – Flare

You lost an arm in the disco Wars of 1515. You lost an Eye in the War of Rock’n’Roll. You lost both legs defeating Dj Deadly Skillz and you lost your ENTIRE Butt to an evil Wizard.

This is the story of your Quest to get revenge for your Butt.

Si la introducción que nos escupe ‘Electronic Super Joy’ al seleccionar el primer nivel del primer mundo no nos da una pista de por dónde van los tiros, pronto nos daremos cuenta. Ésta es la historia de tu cruzada en pos de vengar tu culo, nos dice. A lo lejos, una canción de música electrónica se acerca a nuestros oídos contoneándose como un o una gogó cualquiera en Fabrik. Rebotando en nuestras dilatadas pupilas una paleta de colores compuesta por rosas, fucsias y morados en contraposición al negro que tinta nuestro personaje así como las plataformas y enemigos que iremos superando. Es todo lo que necesitamos. El ritmo va taladrando nuestro cerebro. Los colores encienden nuestros receptores nerviosos. El tutorial, impreso sobre el escenario, nos enseña las cuatro nociones básicas que necesitaremos para darlo todo en este frenético y a veces puñetero plataformas maquinero. Saltar. Aplastar. Rebotar. Volver a saltar. Volver a aplastar. Volver a rebotar. Chunda. Chunda. Chunda. Chunda.

‘Electronic Super Joy’ bien pudiera considerarse un simulador de intentar ir al baño en una rave en Ibiza en pleno subidón del temazo de turno. No necesita más que dropear los beats —o en este caso, los niveles— en nuestra cara en una ruidosa sesión de escenarios cada vez más intensos para convertirse en un plataformas esquizofrénico en sus formas pero cuadriculado en su fondo. Nos sumergirá en un set-list jugable que ya hubiese querido para sí mismo Chimo Bayo en su día. Y no sé cuántos niveles después, cuando por fin consigamos despegarnos del mando, saldremos del trance y nos daremos cuenta que, en su discoteca, habilidad y ritmo casan tan bien como las pastillas y los botellines de agua.

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¡Nos hemos mudado!

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