por Fernando Porta
7 mayo, 2018
No es clickbait. Éste no es otro artículo sobre Switch. Éste no es otro artículo alabando las capacidades de la consola (por la que nadie daba un duro) de Nintendo. No. Me niego. Porque lo que empiezo a ver en las entrañas de la eShop CADA DÍA es el camino que han seguido otras tantas stores digitales.
Empecemos por el principio. El grupo de GameReport bulle de recomendaciones. Wishlists y adiciones al backlog impulsadas por un individuo llamado Fran Sevilla. Epilexia para los amigos. Truchas gigantes que se disparan láseres, rincones sórdidos donde locos del shmup se matan entre sí dentro de un Othello gigante, escarabajos deslizándose a toda velocidad… Cada día una consulta a la eShop y a GameReport, y ya te veías un poco más pobre y con un Yatekomo en cada bolsillo para el resto del mes.
Pero llega el día de hoy. Y entro en la eShop. Lo que bullía de creatividad semana tras semana se ha convertido en una barra libre, puesta sin ton ni son. No hay presentación: es un plato lleno hasta arriba para atiborrarnos antes de lo previsto. Los lanzamientos recientes copan las primeras posiciones, las ofertas actuales ya son casi permanentes (juraría que ya hay un par de juegos de forma perenne), y ganar visibilidad después de la semana de lanzamiento es cuestión de saber cuál es el descuento que quieres aplicar. La sección de próximos lanzamientos intenta poco a poco dar visibilidad a juegos nuevos y antiguos, indies y triples A, pero se diluye rápido. Muy rápido. Demasiado rápido. Los desarrolladores intentan sacar demos gratuitas para hacerse hueco a la fuerza, ¡pero también están escondidas en un submenú!
Y así con todo. ¿UX? ¿Qué es eso? Y mientras, a facturar devkits a porrillo con la esperanza de que la burbuja no explote antes de tiempo (convirtiéndola en una tienda digital más), aunque en los mentideros se dice que eso pasará a fin de año-principios del que viene, a no ser que Nintendo reaccione a tiempo.
Lo que interesa es facturar devkits y anunciar chorrocientos juegos. Eso sí, cuando lo saques, ahí te las apañes en la jungla de la store
Porque, seamos sinceros, esto ya lo hemos visto. Tiendas digitales con buenas intenciones que acaban siendo enterradas por una avalancha de juegos, donde los mediocres ganan por goleada a los buenos, ya sea por aplastamiento numérico u ofertas de derribo. Guerra de precios y unidades. Y ahí seguimos: con Steam Direct y su forma de destrozar todo el ecosistema PC (Greenlight no era mucho mejor, pero algo de barrera de entrada había) mientras GOG.com (obviemos Origin/UPlay/Humble) intenta establecer unos criterios mínimos que la hacen mucho menos masiva (y, con ello, menos atractiva). Con PlayStation Store lanzada por la cuesta de las ofertas, parada después de abandonar PlayStation Vita y rellenando catálogo mientras ordeña esa vaca lechera llamada PlayStation Plus. Con la Microsoft Store intentando salir del pozo en el que se metió en algún momento, gracias a iniciativas como Game Pass que no dejan de ser accesos al juego completo que rotan al cabo de dos o tres meses y te dejan sin acceso. Y mientras, todos los juegos devaluándose, intentando encontrar ese nicho al que puedan llegar. A no ser que seas un ‘Nuclear Throne’. O un ‘The Witness’. O un ‘Republique’/‘Observer’, que se permiten el lujo de mantener precios estables con descuentos contenidos para evitar el típico me esperaré a la próxima oferta. Victoria por agotamiento… Pero esa victoria puede llegar demasiado tarde para la supervivencia del estudio, para desarrollos que están en standby hasta que llegue ese dinero que permita pagar facturas.
Falta responsabilidad del consumidor. Pero también falta un NewGrounds, un Kongregate, una forma de entender los videojuegos no sólo como una plataforma abierta a todo el mundo sino una plataforma abierta a todo el mundo y que, además, dé la visibilidad necesaria a los que realmente lo merezcan y no sólo se acuerde de los que la prensa destaque día sí, día también. La clave de aquellos portales flash, la clave de que acabaran llegando cosas como ‘Alien Hominid HD’ o ‘Super Meat Boy’, era un grupo de curators especializados capaces de llevar a buen puerto un criterio propio que destacaba el trabajo bien hecho, las ideas nuevas y frescas. Un trabajo que, muchas veces, la prensa no hace por incomparecencia.
No puede ser. Tenemos demasiados juguetes rotos entre las manos. Ideas, fórmulas, mecánicas que no lucen porque, sinceramente, no llegan al usuario final aunque la campaña de marketing esté bien ejecutada o planteada. Y sin ventas, muchos caen. Pero seguimos dejándonos llevar por la corriente. El pensamiento único es cómodo. Pero quizás tengamos que dejar de mirar al túnel con la luz al fondo para desviar la vista hacia los lados.
¡Nos hemos mudado!
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Está muy bien que las stores den cabida a todos los tipos de juegos aunque no sean tan conocidos/sean ‘juguetes rotos’. Que salgan tantos al mercado es bueno también, y no es un problema de las stores. Creo que no he entendido el artículo. Va de que las stores deberían aplicar otro criterio para dar más visibilidad a algunos juegos que ahora no la tienen?
Playstation, por ejemplo, anuncia mucho juegos de su estudio, Horizon, Uncharted, etc. aunque también nuevos. Son sus juegos y aunque en su caso coincide que en general son buenos y ya están más publicitados que otros, es normal que ellos muestren sus juegos. No lo va ha hacer la competencia.
Hay juegos que han ganado visibilidad con el boca-oreja. Una vez han tenido varias ventas, las stores les han subido la visibilidad, porqué se han dado cuenta que es un producto importante, que vende.