No, no somos industria

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23 abril, 2018

¿Por qué? ¿Por qué se empieza un artículo con una frase tan categórica? ¿Por qué se evangeliza en estos términos tajantes, incapaces de adivinar una solución? ¿Por qué nos erigimos en popes, influencers salidos de la nada cuya palabra es ley porque apoyan nuestra visión del mundo? No, no somos industria porque somos incapaces de ver más allá de la industria actual. Ahora mismo, estamos más pendientes de subir un contador (sea el que sea), de valorar nuestro trabajo en base al número de visitas.

Y aquí entran las excusas.

La “información” se ha reducido a 280 caracteres. Pero es que nadie se va a leer esto porque la lectura en diagonal es un mal de nuestros tiempos. Pero es que un reportaje de mil quinientas palabras ya es demasiado para nuestras atribuladas vidas. Pero es que necesito hacer cinco artículos con un buen SEO para mejorar nuestro posicionamiento con el tema del momento.

Poco a poco nos desconectamos de la realidad, incapaces de crear proyectos sostenibles en lo económico (aunque enriquecedores en lo humano) que den el espacio necesario a las firmas para hacer reportajes de investigación. Tomarle el pulso a la industria ahora mismo es una utopía porque te dan más visitas/lecturas el último lanzamiento del momento que pagarle, por adelantado, a un periodista para que vaya en búsqueda de la noticia.

No hay medios. Y si hay medios, la gente al cargo está más preocupada de mantener el flujo publicitario constante porque entiende que tiene que dar de comer a los redactores que nutren su web día sí día también. Es la pescadilla que se muerde la cola: no muerdas la mano que te da de comer y crea contenido que atraiga visitas. Es algo incompatible con ser industria. Ni tenemos la solera de los medios anglosajones, ni tenemos esa cercanía que les da el idioma y su disposición geográfica. Y lo que tenemos cerca, lo decidimos meter debajo de la alfombra, no vaya a ser que nos cause algún problema.

Es tiempo de poner encima de la mesa hacia dónde queremos ir

No, no somos industria pero quizás nos tendríamos que sentar en la mesa, unos frente a otros, y redefinir qué es eso de industria. Y también preguntarnos a nosotros mismos dónde queremos situar el videojuego: ¿en la pelea de patio de colegio constante que se ve día sí, día también en ciertos ámbitos, o en otros entornos que dignifiquen el medio? No podemos seguir mirando hacia otro lado, no podemos seguir impidiendo que personas y plataformas no puedan ejercer su labor porque a alguien se le metió entre ceja y ceja que algo como los videojuegos se tiene que mantener inmutable, siendo un medio que todavía está en pañales, que todavía tiene que desarrollar todo su potencial. ¿Por qué esa resistencia al cambio? ¿Por qué esas intentonas de menospreciar cualquier trabajo que se salga de lo que llevamos viendo años y que nos ha llevado hasta este punto?

No, no podemos seguir así. Toca pelear para salir del pozo donde nos hemos metido de cabeza nosotros mismos. Ahí fuera hay cosas que aprender: no sabemos todo pero si no nos asomamos por encima de la trinchera que hemos cavado, nunca descubriremos adónde nos pueden llevar otros caminos. Dejemos de asumir que “no, no somos industria”. Y empecemos a buscar ese camino que nos permita decir, de una vez, que sí, somos industria. Porque podemos mantenerla. Porque podemos hacerla sostenible. Porque podemos admitir nuevos puntos de vista. Porque, simplemente, podemos hacerla crecer.

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¡Nos hemos mudado!

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