21 diciembre, 2015
Me largo de este nivel. No aguanto aquí ni un minuto más. Todas las cosas que antaño me complacían han terminado por convertirse en los barrotes de una prisión para mi alma. Estoy siempre enfadado, frustrado, aburrido… No quiero hablar con nadie, paso todas las conversaciones rápidamente, sin leer; ignoro todas las misiones secundarias y hace tiempo que dejé de mejorar mi equipo. ¿Para qué? Este nivel ya me dio todo lo que podía darme, lo que queda no me interesa, no tiene ningún valor para mí. Ya no soy el completista que era antes; en realidad, ya no soy muchas cosas que era antes. Llevo demasiado tiempo en este nivel y ha llegado el momento de irme. Demasiado he esperado.
El cambio no ha sido instantáneo, pero sí bastante rápido. Hubo algo, no sé el qué, que me hizo cambiar de parecer. La melodía que tanto me gustaba se volvió un martilleo insoportable, y los personajes no jugables ahora me parecen robóticos, muertos, repitiendo las mismas estupideces sin sentido cada vez que hablaba con ellos. Siento que estoy constantemente perdiendo el tiempo, supongo que ya no me gustan las mismas cosas que antes. No hace tanto, estaba encantado en este nivel, y me aterraba la idea de tener que marcharme algún día. Creía que pasaría en este nivel toda mi vida, pero ahora sólo pienso en salir cuanto antes. Sé perfectamente donde está la salida. También sé que cuando la cruce, será imposible volver atrás. Recuerdo perfectamente cómo se las gasta el autoguardado, y también soy consciente de que lo que me espera en el siguiente nivel puede ser incluso peor. Me da completamente igual, estoy preparado y no tengo miedo.
No me apetece despedirme de nadie. Tampoco me llevo nada especial de este nivel, dejo aquí todo ítem prescindible. Me quedo con lo vivido, con los puntos de experiencia, con las habilidades adquiridas. Seguro que las necesitaré allá donde vaya; ya son parte mí, me definen. Mi tiempo aquí no ha sido en balde, hubo momentos muy felices, vaya que sí: cuando dibujé el mapa de aquella mazmorra, o cuando tres amigos se unieron a mí para derrotar a los malvados invasores. No fue hace tanto, pero en mi mente parece haber pasado una eternidad; como al pensar en los juguetes de la infancia o en los juegos del patio del colegio. Sé que aquí no podré reproducir de nuevo esas sensaciones, y no me interesa quedarme por la nostalgia. Ahí está el enemigo final, mi viejo conocido, enfrente de mí. Sólo le queda un impacto para morir. Hace tiempo le dejé con un hilo de vida para no perderlo todo, para no avanzar automáticamente al siguiente nivel, pero hoy todo es diferente. Hoy será el primer día de mi nueva vida. Sólo tengo que darle el golpe de gracia, y entonces vendrá el balance final y el recuento de puntos, y diré adiós a este nivel para siempre. Allá voy.
Esto me suena. Efectivamente, es mi casa. Estoy en el mismo nivel, no he avanzado. ¿Por qué? Tengo que salir y ver. Algo ha salido mal, y no tengo ni la menor idea de qué se trata. Siempre ha funcionado así, uno vence al enemigo final del nivel y automáticamente avanza al siguiente. ¿Se ha roto algo? Me aterraría pensar en acabar mis días encerrado en este nivel por algún extraño bug. Debería tranquilizarme, pararme a pensar. ¡Vamos, piensa! ¡Piensa, maldita sea!… Conozco este nivel como la palma de mi mano, cada punto de guardado, cada pared invisible; así que me extrañaría que existiera algún tipo de salida secreta. ¡Pero algo he debido pasar por alto! Espera un momento, esto no lo había visto nunca. Hay algo en mi inventario que antes no estaba, y parece valioso. ¿Una llave? ¿Para qué quiero yo una llave? No quedan puertas sin abrir en este nivel. Excepto, claro, la puerta por la que entré en él, y que siempre ha estado cerrada impidiendo la vuelta atrás. ¿Es posible? No me queda otra opción.
Es increíble. ¡Es absolutamente increíble! ¿Todo esto estaba aquí, al otro lado? Mi vista se pierde en el horizonte. Siento vértigo. Y alegría. No puedo parar de reír a carcajadas, ni siquiera puedo permanecer en pie. ¡Qué idiota he sido! ¡Qué completo y absoluto inepto! No existe más nivel que éste. Está todo aquí: aquellas tierras a mi izquierda son los niveles pasados; en realidad, pequeñas regiones que lindan entre sí. Los tiempos de carga me habían confundido, la estructura de niveles que tenía en mi cabeza era sólo una ilusión. Este nivel es un mundo inmenso y maravilloso. Sólo lo que alcanzo a ver es diez… ¿Qué digo diez? ¡Cien veces más grande que el territorio que hasta ahora conocía! Ahora lo entiendo todo: la ausencia de límite de tiempo, el autoguardado, los enemigos finales que en realidad sólo son pequeños hitos… Todo es parte de un único nivel, inabarcable, que cambia constantemente, imposible de explorar en su totalidad. Ahora sí, dejo atrás esta ¿aldea? Quizá debería llamarlo hogar. Puede que vuelva algún día, no lo sé. Siempre estará aquí, puede convertirse en mi “zona de seguridad”, mi nivel. Ya no lo detesto tanto, ya sé que no estoy atrapado en él. Pero sigo queriendo salir, quiero conocer todos los rincones, oír nuevas melodías, contemplar nuevos paisajes, conocer nuevos personajes. Quiero hacer todas las cosas que nunca había hecho. Creo que al fin voy a ser feliz. Me giro y le digo, sonriendo, adiós a mi tierra, mi pequeña tierra. No tiene sentido hablar de largarse, ni de quedarse: yo pertenezco a este nivel.
¡Nos hemos mudado!
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