por Fernando Porta
9 mayo, 2018
En el marco de la Cometcon 2018, tuvimos la oportunidad de juntarnos con Rocío Tomé (@Beleitax) y Estefanía Bitan (@bitanhu), cofundadoras junto a África Curiel (@afrycuriel) de la asociación Femdevs, dedicada a promover el interés, la participación y la presencia de las mujeres en la industria del videojuego. Y más allá del ruido de las redes sociales, nos hemos sentado con ellas, cara a cara. Sin trampa ni cartón.
Lo primero para nuestros lectores, quiénes sois.
Rocío Tomé: Somos Rocío Tomé, Estefanía Bitan… Y nada, somos cofundadoras de Femdevs, que es una asociación de desarrolladores de videojuegos. Nuestro objetivo es dar un espacio para dar visibilidad a este colectivo que, dentro de la industria, está infrarrepresentado.
¿Y vosotras, personalmente?
Estefanía Bitan: Yo soy psicóloga y me dedico al ámbito de la gamificación, trabajo en el Ayuntamiento de Málaga, llevamos proyectos de gamificación para motivar a los funcionarios a que sean creativos en su puesto de trabajo. Y, aun así, cuesta. Más que nada, porque estoy gamificando… He gamificado Trello.
Rocío Tomé: ¿Eso se puede?
Estefanía Bitan: Potenciando la creatividad. Estoy gamificando cosas que no están hechas para gamificar. Ese es mi trabajo: ser creativa.
Rocío Tomé: Yo soy Rocío Tomé. Soy psicóloga especializada en clínica. Ahora mismo trabajo de programadora/desarrolladora backend en Mindsait, en arquitectura de software. Fue porque aprendí ya hace varios años de manera autodidacta a programar. Empecé a desarrollar videojuegos, por ejemplo, videojuegos en realidad virtual para el tratamiento del dolor agudo, luego también interfaces de comunicación aumentada para rehabilitación de casos con daño cerebral. Es decir, usaba la tecnología como herramienta mediante el videojuego para el contexto clínico. Y junto Estefanía y nuestra otra compañera África, vimos que había un problema en cuanto a los impedimentos que teníamos para trabajar en el sector o la poca integridad que teníamos en esos puestos porque normalmente recibían, nosotras y nuestras compañeras, episodios de acoso, menosprecios de lo que hacíamos… Con ello, decidimos crear una asociación como Femdevs, sin ánimo de lucro.
Ahora mismo tenemos más de quinientas colaboradoras, por toda España, intentamos que las actividades estén lo más diseminadas posibles; norte, Madrid, capitales, incluso zonas con no tanta población… Un poco para que llegue a todas las desarrolladoras. Es una comunidad no mixta, por lo que ha tenido algo de controversia, pero creo que es la mejor manera de que se puedan conocer y empoderar solamente hablando y contando sus problemas y dándose cuenta de que no es que se crucen con uno o dos jefes tontos, sino que hay un problema de base, de raíz y hay que hacer algo.
Estefanía Bitan: Y, además, la importancia que es el poner este problema en común con otras mujeres porque estando tú sola o rodeada de hombres, tú no te das cuenta de que ese es un problema sistemático. No entiendes que no sólo es un problema tuyo individual. Entonces, la importancia de este espacio para hablar entre nosotras y un poco sacar esta conclusión es brutal.
Entonces al final, lo que intentáis cambiar es una situación pre-Femdevs que es te voy a canear por ser mujer a una situación mucho más…
Rocío Tomé: Sostenible. Efectivamente.
Porque, al final, Rocío ya me ha contado su experiencia en el ámbito tecnológico antes de Femdevs, pero Estefanía, ¿tú ya habrás tenido este tipo de problemas?
Estefanía Bitan: Sí, sí. Tuve una experiencia yo antes de trabajar en el Ayuntamiento estaba colaborando en un estudio de desarrollo, pero bueno… No voy a entrar mucho en detalle. Yo, antes de conocerlas a ellas, y puse en común varios aspectos, pensaba que lo que hacían en ese estudio era porque a lo mejor yo no valía para este trabajo y… no. A raíz de conocerlas a ellas me di cuenta de que esto pasaba más de lo que tú te piensas.
Un poco el síndrome del impostor que dicen.
Rocío Tomé: Sí… Pero es que es tal cual. Osea, si tú ves que constantemente, vas a…. no sé. Ella y yo nos conocimos en Granada Jam y Málaga Jam, las dos ciudades hacen eventos y tienen muy en cuenta esto. Cuentan con muchas mujeres normalmente en sus actividades. Son bastante inclusivos y, además, como profesionales. Cuéntame sobre lo que sepas.
Estefanía Bitan:: De hecho, nosotras antes de empezar a hablar de asociaciones y demás, lo que queríamos era crear un espacio común o un punto de encuentro para que mujeres que se dediquen al sector, tengan interés, o estén estudiando como tal, se puedan encontrar siempre. De hecho, nuestro mayor logro ha sido crear ese espacio totalmente seguro y allí reunir a la…
«Nosotras antes de empezar a hablar de asociaciones y demás, lo que queríamos era crear un espacio común o un punto de encuentro para que mujeres que se dediquen al sector […] se puedan encontrar siempre»
Rocío Tomé: A la comunidad, vaya.
Estefanía Bitan: Ten en cuenta, a raíz del impulso que tuvo al principio, la comunidad ha ido creciendo sola. De hecho, nosotras apenas hemos tenido que…
Rocío Tomé: Queda mal decirlo. (risas)
Estefanía Bitan: Que hacer ningún esfuerzo porque era tal la necesidad que tenían esas chicas de conocerse entre ellas que esa misma motivación ha hecho que la asociación vaya hacia delante, y vaya creciendo cada día un poco más. De hecho, hasta el día de hoy, no se ha estancado en ningún momento: sigue habiendo chicas interesadas, chicas que vienen a pedirnos entrar y a colaborar con nosotras si hay alguna chica interesada.
Me acuerdo ver un tweet de Afri cuando empezasteis esto que dijo cómo es posible que en un día hubiérais tenido tantas solicitudes.
Rocío Tomé: ¡Yo me asusté!
Estefanía Bitan: De hecho, ya estábamos hablando de que había que crear alguna técnica de social media para conseguir seguidores porque aquí no nos iba a hacer caso nadie. Y yo no sé qué pasó… Puede ser el hecho de que el videojuego y el feminismo se escuche tanto, esté tan de moda que a lo mejor la mezcla de ambos conceptos fue lo que hizo saltar la chispa. Si no hubiésemos sido nosotras, yo estoy completamente segura de que hubieran sido otras. Porque esto ya era inminente que saliese.
Rocío Tomé: Yo, de hecho, lo cuento a veces. Me asusté el primer día que creamos la asociación porque, claro, creíamos que íbamos a tener, pues… Nosotras, nuestra idea era «pues, 12 o 13 chicas por toda España metidas en un grupillo hablando».
Estefanía Bitan: Todas alucinadas.
Rocío Tomé: Y dijo nuestra compañera África «pues voy a programar el tweet para las 11 de la mañana. ¿Os parece buena hora?». (risas)
Con miedo.
Estefanía Bitan: No teníamos ni página web. Ni siquiera éramos una asociación en serio, éramos una comunidad, a secas, ¿vale? Ni siquiera teníamos un Slack, empezamos en un grupo de Telegram. (risas)
Rocío Tomé: Ese fue el susto. Yo trabajaba un turno de doce horas, muy legal todo. Pero trabajaba en un turno de doce horas.
Estefanía Bitan: En el mismo día, ¿vale? Éramos ya sesenta personas en el Telegram. Eso era ya insostenible. Empezar a recibir llamadas de conocidas en plan «¿tú eres la que ha iniciado el movimiento de Femdevs?». ¡Pero si esto lleva tres horas! «¡Queremos una entrevista!» Y yo: ¿qué?
Rocío Tomé: El primer artículo nuestro lo sacaron tipo «hoy ha nacido Femdevs».
Estefanía Bitan: Se pone «dónde puedo informarme de vosotras» y yo «vamos a ver…» (risas). Tenemos nada más que una cuenta de Twitter. De hecho, la primera semana tuvimos que hablar. Teníamos que hacer ya una página web, teníamos que buscar cómo iniciar el papeleo para hacernos más oficial.
Rocío Tomé: Una locura… Pero imagínate cuando termine mi turno cuando tenía catorce llamadas, setecientos mensajes, cuatrocientos mensajes de Twitter porque nos habíamos metido en el móvil todo. ¡Un susto!
Estefanía Bitan: El correo nos petó, entrevistas por todas partes, empezaron a salir artículos el mismo día en el que se formó la asociación sobre nosotras que no teníamos constancia de ello. En plan, esta gente está hablando de nosotras y no nos conoce. Es una cuenta de Twitter. Punto.
Rocío Tomé: Sí. Pero, de hecho, eso fue lo que nos hizo tomarnos tan, tan, tan en serio la asociación. Es decir, al principio, era todo muy coloquial, muy «vamos a pasárnoslo bien con otras chicas».
Estefanía Bitan: Un grupo, una comunidad.
Rocío Tomé: Y de repente, ver tantas chicas. De hecho, nos escribían agradeciéndonos en plan «sois las mejores del mundo, no sé cómo podía haber vivido sin esto». Es decir, cosas súper exageradas, de un sentirse entendidas… Pero claro, tú dices me ha pasado esto con mi jefe. Y quizás lo dices en un grupo mixto de compañeros… Al final van a ser casi todos chicos porque en el sector son casi todos hombres y todos te contestan con cosas tipo «bueno, jefes malos hay en todos lados», «es que has tenido mala suerte», «hay que ser tonto». Y dices yo creo que me ha pasado porque soy chica, y te dicen «no, no creo, estamos en el siglo XXI, por favor».
¿Eso también se replica en mujeres ese tipo de actitudes, esa sensación de jerarquía y no es para tanto que te haya dicho éste tal?
Rocío Tomé: Mujeres alienadas hay. Todas y todos nos hemos criado en el mismo contexto cultural. Entonces, obviamente estas mujeres tienen también esas conductas. ¿Qué pasa? Tú no puedes juzgar a una mujer con la misma severidad con la que puedes juzgar a un hombre porque es como que nadie se tiraría voluntariamente piedras sobre el tejado. Ella no es consciente del problema que supone ignorar el problema, ¿no? Por ejemplo, hay muchas mujeres que nos contestan a tweets y tal y nos dicen: «Oye, pues que sepas que yo llevo quince años trabajando en la industria y no he tenido jamás ningún tipo de problema y nunca se han portado distinto».
Estefanía Bitan: De hecho, muchas chicas, sobre todo al principio de constituirse el grupo de Slack, no compartían el hecho de que el espacio fuese no mixto y hubo también un poco de debate dentro de la comunidad de «¿por qué no se dejan entrar a hombres y tal?». Se les intentó explicar, las que entendieron se quedaron, las que no se fueron. Pero es lo que dice Rocío, es injusto responsabilizar a las mujeres de la problemática. Alienadas hay, pero desde luego, no son ni mucho menos las responsables de esto.
De alguna manera, te silencia. El otro día sacamos nosotros un anuncio para buscar gente para escribir y todos hombres. Y decías «¡Ostras! De verdad no hay ninguna chica».
Rocío Tomé: Nosotras tenemos una teoría y es que nos hemos dado cuenta de que las mujeres tienen que estar sobrecapacitadas prácticamente en algo para que intenten ese algo. Es decir, yo veo a mis compañeros que se autoproclaman programadores de C y luego lo que han hecho es un tutorial de diez horas. Y lo ponen ahí en el currículum o fardan de ello. Es decir, es mucho más fácil que se crea con habilidades suficientes un hombre que una mujer. La mujer hasta que no lleva muchísimo a sus espaldas no se considera apta para ello. También es verdad, como hablábamos un poco al principio, si normalmente te pasan cosas bastante injustas que poco tienen que ver con tus habilidades, pero tú no eres consciente de ello, tú las atribuyes a que no tienes valía.
Estefanía Bitan: Es cierto que dentro de la industria de desarrollo hay perfiles más gentiles con una mujer y otros que son menos. A lo mejor, el perfil de programadora hay más síndrome del impostor porque el hecho de que tengas que estar demostrando constantemente que sabes programar pues eso te crea una sensación como que realmente no sabes o no… no consigues llegar a tener la confianza suficiente como para creértelo. Ya te digo… Programadoras tenemos de las que menos. Habrá entre veinte y treinta programadoras de quinientas, ¿sabes? En cambio, en arte hay muchas más mujeres y hay mucho menos síndrome del impostor. Es que también varía mucho según el perfil profesional.
Hay clases dentro del desarrollo.
Rocío Tomé: Y puestos que implican decisión, es decir, de tener tú el mando…
Estefanía Bitan: Puestos de mando ya ni te cuento. De hecho, es uno de los problemas que hay en la industria. El hecho de que no haya mujeres en los perfiles creativos que deciden el guión del juego o la parte más creativa del juego. Da igual que tú tengas en tu equipo una plantilla a lo mejor de diez mujeres cuando el que toma la decisión al final es un hombre.
Al final se os quita la voz.
Estefanía Bitan: Exactamente. El hecho de que tengamos voz es una de las cosas más importantes a la hora de cambiar lo que es la industria en sí y el contenido del videojuego.
Para salir un poco de Femdevs. ¿Cómo se os recibe en ciertos ambientes, más allá de las polémicas con Forocoches? ¿Cómo sentís el ambiente cuando entráis en una sala, en una conferencia?
Estefanía Bitan: Normalmente nos sentimos acogidas. Osea, es muy raro… Siempre hay alguien a lo mejor que cuando vamos a dar una conferencia y empezamos a decir cosas, siempre hay alguien que expresa su opinión y a lo mejor expresa su desacuerdo, dentro de un debate normal sin llegar a insultos.
Rocío Tomé: Puntuales.
Estefanía Bitan: Quizás la parte más agresiva son las redes. Yo diría que en Twitter es donde más lo hemos notado…
Rocío Tomé: Fuera de Forocoches, sí.
GameReport: Pero al final es el tema del anonimato. Es más fácil insultar…
Estefanía Bitan: Es que claro, nosotras no somos un personaje público. Somos una entidad entonces… Si estás atacando a Femdevs, ¿a quién realmente estás atacando? Yo creo que eso influye un montón a diferencia de si fuésemos una sola persona tipo lo que pasó con el Gaming Ladies, ¿no? Que todo el mundo atacaba a Blissy por ser la cara. Pero dentro de nuestra asociación no hay una cara visible; somos todas.
Rocío Tomé: Sí, además, las fundadoras no somos siempre las que llevan la voz a la hora de hablar.
Estefanía Bitan: Y normalmente cuando se organizan eventos y nos invitan, siempre que podemos intentamos que vayan chicas distintas. Que no se atribuya a Femdevs una cara, o tres caras en este caso.
Que no sea Estefanía, Rocío y África.
Estefanía Bitan: Exactamente. Y si necesitamos… mira, este evento es en, por ejemplo, Valencia, chicas de Valencia, id a representar a Femdevs. Entonces es más difícil que ataquen porque no saben a quién atacar. Es una entidad.
Y de alguna manera, las empoderáis.
Estefanía Bitan: ¡Claro! Porque lo que queremos es eso: que colaboren, que participen y así motivarlas más.
Rocío Tomé: Además, nos gusta mucho fomentar lo que es la autodeterminación de las chicas que hay en la asociación. Yo creo que la mayoría de los recursos que tenemos los dedicamos a si alguna chica nos hace una propuesta personal tipo «me gustaría hacer eso» o «éste es mi juego y no sé bien qué hacer» o «esto creo que es una idea muy buena». Nosotras todo lo que tenemos, que la verdad es con medios propios y no tenemos ningún tipo de subvención, etc., siempre es más bien en cuanto a ánimos, contactos y poca cosa más. Pero siempre intentamos ayudar.
Al final es un poco de fuerza bruta.
Estefanía Bitan: Al ser una asociación que está tan repartida por la Península es muy difícil que organicemos todo desde tres puntos. Es más fácil un sistema colaborativo, y de que cada una en su zona trabaje colaborativamente. De hecho, somos una asociación muy horizontal, ¿sabes? Las jerarquías están poco definidas.
Rocío Tomé: Porque chica que quiere colaborar al final busca ella misma su función. Ellas tienen la iniciativa, y a lo mejor en mi ciudad, como ha pasado aquí en Asturias con Laura, que está proponiendo una serie de quedadas o talleres para sus compañeras. Todos los recursos que tengamos, nosotras te lo vamos a dar. Y, además, muchas veces tiene mucho más peso hacer algo con una asociación que te respalda, te sientes mucho más apoyada que hacer una iniciativa sola. Porque te sientes como muy…
Estefanía Bitan: Aparte, así las involucramos más. Y ellas mismas están más motivadas a hacer más cosas. Porque se sienten protagonistas de esta lucha.
El tema de las redes sociales y los foros que hemos tocado y ver que la mayoría de personas que suelen interactuar suelen ser hombres, dejando a la mujer en segundo plano. Incluso en juegos online, vosotras mismas ocultáis vuestra identidad para evitar ciertos comportamientos o comentarios. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Y cómo podríamos empoderaros a vosotras para que os expreséis con total normalidad?
Rocío Tomé: Yo creo que lo más importante que puede hacer en estos contextos un hombre es recriminar a los compañeros. Es decir, creo que este tipo de conductas están tan normalizadas que muchas veces, pasan totalmente impunes. La mujer se enfada y el compañero calla. Y a lo mejor muchas veces, me ha pasado ver en comunidades online cómo una mujer está siendo acosada y lo único que hacen es decir «no le hagas caso, que es tonto». No le digas a ella «no le hagas caso, que es tonto». Recrimínale a él. Intenta evitar el problema porque tú tienes muchas más posibilidades de que te escuchen que la chica. Obviamente, tienes que tener cuidado de no tratar a la mujer con condescendencia o como alguien que necesita protección. No dirigirlo hacia allá sino más bien en el recriminar el comportamiento en concreto porque personalmente, te molesta que esa persona haga, no como algo para salvar.
Que lo perciba como algo malo.
Rocío Tomé: Claro, efectivamente. Ése es mi consejo y si todo el mundo de comunidades online hiciera esto de vez en cuando, cambiaría radicalmente todo.
Estefanía Bitan: Pero es muy difícil, ¿no? Porque el tema de las comunidades online o la toxicidad que se suele atribuir a ese tipo de comunidades también viene por el hecho de que las comunidades online son anónimas, con lo cual, una persona no tiene cara, no tiene una responsabilidad social respecto a sus actos. Entonces no es que las mujeres recibamos. Recibimos todos. Lo que pasa es que cuando una mujer recibe, es como que se acentúan los estereotipos que van ligados a ese acoso que sufre la mujer, igual que puede ser que se incentive el acoso a personas con perfil LGTB. Lo que pasa es que es verdad que en una comunidad online no te puedes hacer un personaje con un perfil LGTB, porque sería muy difícil definirlo. Se nota más con la mujer, si es un avatar mujer o es un avatar hombre. Es complejo, es muy complejo. Más por el tema del anonimato.
Rocío Tomé: Una pequeña cosilla sería intentar asegurar de alguna manera, no como un salvador, que de verdad te moleste eso porque realmente, todas estas personas que están como acosando y tal o haciéndote esa broma de vete a fregar, ese tipo de comentarios que recibimos… Muchas veces lo hacen también como ese macho de la manada que va a echar un piropo a una mujer o a recriminarle eso, hacerse el gracioso. Si esas conductas no se vieran como algo ya no aceptable, sino ni graciosas ni aceptables, seguro que lo harían mucho menos. Si se sienten rechazados por lo que están haciendo por compañeros seguramente serviría de algo. Es algo muy humilde, un pequeño cambio, pero yo hago ese llamamiento importante.
«El juego online […] es un contexto muy complicado porque también es un contexto muy competitivo»
Estefanía Bitan: Sí, pero lo que estábamos comentando es que es un contexto muy complicado porque también es un contexto muy competitivo y en el momento en el que entras en competitividad es como que sacas la garra. Sumas la competitividad del ambiente al anonimato. ¿Tú que tienes ahí? Tienes un monstruo. Y esa persona pues ya te digo… Si sumado a eso, tú todo lo que digas y todo lo que hagas, tú no tienes ningún tipo de responsabilidad porque no se sabe quién eres. ¿Ahí que vamos a hacer?
Rocío Tomé: De momento está siendo muy anónimo todo, pero la gente también se cree que hay más anonimato del que realmente hay. He visto episodios de gente que va hablando con amenazas, insultos,… que pienso «tú estás siendo muy inconsciente», estás creyendo que todo ese acoso, esos comentarios… Simplemente porque te llamas DarkRoom75 no te van a pillar. Pero si tú llegas al extremo de amenazas, de hacer algo… Todo eso es delito de odio al final. Puede tener una repercusión legal grande, entonces ahora mismo sí, es verdad que todo está muy laxo, todo lo que es persecución por este tipo de amenazas y tal, pero basta que en algún momento cambie o se te vaya un poco la mano, y eso puede llegar a algo muy grave.
Estefanía Bitan: De hecho, ya algunas empresas de videojuegos como Blizzard o Riot han intentado buscar alguna forma de paliar esta toxicidad, pero es muy complejo porque la única forma de hacerlo es quitando el anonimato, y en el momento en el que quites el anonimato, se te acaba la comunidad. Entonces encontrar el equilibrio para que un jugador se sienta cómodo jugando y el eliminar esas conductas tóxicas, es un equilibrio que todavía no se ha encontrado, que está costando, y obviamente la mujer ahí sale afectada.
Rocío Tomé: Yo hace no mucho pensé también cuando me preguntan sobre el tema de acoso en juegos… A veces he pensado igual que con identidades trans, LGTBQ que de vez en cuando llegan a límites de acoso que llevan al suicidio, etc. Pensadlo, si una mujer por la razón que sea, en un momento dado, era jugadora y le pasa algo a lo primero que van a tirar es a quién hablaba, a los logs, a la gente que la ha podido amenazar. Cualquier persona que se crea que lo que dice por internet no tiene ninguna consecuencia, que sepa que si eso llegara a algo real lo primero que van a pasar es a recoger todo lo que ha interactuado antes. Entonces obviamente te van a pillar y se te puede caer el pelo. Y, además, no sólo eso, eso es lo que te tendría que importar menos porque significaría que le habría pasado algo malo, realmente malo, también por culpa de la acumulación de todo lo que habéis llevado haciendo durante un tiempo. Es algo muy serio, la gente se cree muy egoísta, que eso no tiene ninguna consecuencia y puede llevar algo muy grave.
Lo que pasa es que es muy difícil generar un debate en estas redes sociales porque de alguna manera, como es tan reducido el espacio se generan en ambos bandos linchamientos públicos, dentro de las redes… Bastante peores para las mujeres que para los hombres, pero igualmente linchamientos. Y tampoco sabría generar un foro o un debate intentando cambiarlo porque ya habéis dicho que Riot y Blizzard lo están intentando.
Estefanía Bitan: Lo han intentado de muchas formas, pero… por ejemplo, una de las técnicas que utilizaba Riot/Blizzard era que, a lo mejor, al empezar una partida en el ‘League of Legends’ o en ‘DOTA’, era poner una frase que incitase al trabajo colaborativo. En plan, los jugadores que trabajan en equipo tienen un índice más alto de victorias, ¿no? Es un mensaje que se queda inconsciente en el cerebro y, a lo mejor, tu rendimiento en la partida es más colaborativo. Ya te digo… Son pasos muy sutiles que no terminan a lo mejor de conseguir el objetivo, que a lo mejor pueden ayudar un poco porque obviamente, ellos tienen sus estadísticas y es verdad que la agresividad desciende un 20%. Pero que sigue habiendo este problema es obvio.
Rocío Tomé: Y lo va a haber. De hecho, yo creo que es inherente al estilo de cómo se está tomando ahora todo lo que tiene que ver con comunidades online y eSports porque yo empecé a jugar con catorce años y lo recuerdo igual o peor. Es decir, como que no ha cambiado. Los trolls van a seguir siendo trolls.
Sí, porque al final en el ambiente se van retroalimentando.
Estefanía Bitan: De hecho, creo que Blizzard intentó en el 2010 tantear un poco el terreno…
Rocío Tomé: Y se asustó. (risas)
Estefanía Bitan: Con el tema del anonimato, yo creo que publicó un anuncio diciendo que se iba a acabar el anonimato en la comunidad online. A los tres días se tuvo que retractar porque el acoso que recibió por redes fue un «como hagas eso, te cargas la comunidad completa». Es que no es sencillo para nada.
Y más allá de intentar regañar al que se porta mal de alguna manera, ¿qué posibles medidas creéis que podríamos tomar más allá de lo que se ha intentado para poder cambiar aunque sea poco a poco el problema y todo lo que rodea?
Rocío Tomé: Depende. Los medios son limitados ahora mismo y el problema está muy normalizado. El problema grande que estamos teniendo ahora es que hay muchísima polaridad. Sólo hay dos actitudes: de total apoyo o de total rechazo. No hay ni siquiera un espacio para el debate porque hay gente que lo ve muy normal y hay gente que lo ve una barbaridad el problema que hay.
Entonces ¿qué ocurre? Yo creo que hace falta algo de concienciación de base, es decir, que se identifique de verdad que hay un problema, que todo el mundo vea que hay un problema y una vez que se vea, ya a lo mejor podremos hablar de qué medidas para combatirlo una vez que se identifique como problema pero es que tenemos a una parte muy grande de la comunidad, que además hace mucho ruido, que jura, rejura que no hay ningún problema, que las mujeres tienen las mismas posibilidades que los hombres para cualquier trabajo porque a veces, nos escriben y nos dicen, «¡o incluso más!» como diciendo lo tenéis más fácil para acceder.
A lo que refiero es que no ven un problema, lo niegan y claro, con gente así, que ni siquiera ven la problemática, no le puedes poner soluciones porque no ven ningún problema. El primer paso para mí sería que de verdad se viera generalizadamente que hay algo que está mal, y hacer pequeñas medidas por parte de todo el mundo, porque todo el mundo tiene responsabilidad en esto, absolutamente todos, para combatirlo e intentar que la situación mejore para todos, porque es lo justo.
Estefanía Bitan: Si mientras el público opuesto no llega al 50%… No creo ni que llegue al 20%.
Rocío Tomé: No lo sé, no tenemos estadísticas.
Estefanía Bitan: Es muy difícil plantear una solución.
También veo que hay un problema y es que los extremos están muy involucrados, pero no hay manera de involucrar a esa clase media, a esa que no está en una parte ni en otra.
Rocío Tomé: Suele pasar en esa parte que no ve un problema, o lo ve de vez en cuando, o sólo las partes graves.
Estefanía Bitan: No ve un problema, lo ignora o simplemente, como no va con él, se desentiende. ¿Sabes? Este problema no es mío, no tengo responsabilidad con ello.
«El concepto de jugador es algo masculino, es decir, parece que tenemos jugadores de verdad y jugadores de mentira»
Pero sí que creo que existe mucho debate en foros privados en el sentido de esa clase media que sí que ve el problema, pero no está tan involucrado a nivel activista.
Estefanía Bitan: Exactamente. Para qué voy a buscar una solución. No me afecta. Y el problema es que también… Es raro porque si somos el 50% de jugadoras, somos la mitad que podríamos tener voz. E irónicamente, no, no ocurre así.
Rocío Tomé: Aquí también quiero meter un pequeño inciso. Ahora mismo estamos en el 49%, la mitad, pero ¿qué ocurre? También piensa que el concepto de jugador es algo masculino, es decir, parece que tenemos jugadores de verdad y jugadores de mentira. Y los jugadores de mentira, qué casualidad, son mujeres y sólo juegan a juegos de mujeres. Es decir, el ‘Candy Crush’ cuando dicen, «eso no es una jugadora, juega al ‘Candy Crush’». Vale. ¿El ‘Tetris’ es un juego? Porque que yo sepa la mecánica del ‘Candy Crush’ puede ser incluso más currada que la del ‘Tetris’ y nadie diría que en los años ochenta cuando tú tenías una maquinita con el ‘Tetris’, no estabas jugando a un videojuego. Creamos esa categoría jugadores de verdad, jugadores de mentira, como una manera de despreciar el tipo de juegos que suelen jugar las mujeres porque muchos de ellos tienen incluso mecánicas bastante buenas, incluso son complejos. ‘Los Sims’ pasaba hace algunos años que era un juego de mujeres y ‘Los Sims’ es un juegazo como una casa. Pero son juegos de chicas. Y ya no son jugadoras de verdad. Y ellas mismas ni siquiera se identifican como jugadoras porque creen de verdad que esos no son juegos. Y qué quieres que te diga, pero un ‘Call of Duty’ no tiene mucho más de juego que tiene un ‘Los Sims’.
Estefanía Bitan: Tú te pones a jugar a un Counter, te pones a jugar un MOBA, que son realmente las comunidades más agresivas y ahí, sí es verdad que el número de jugadoras desciende un montón, pero también por la misma toxicidad de la comunidad.
Rocío Tomé: Tenemos muchas, muchísimas chicas que han dejado de jugar por eso. O que sólo juegan con compañeras. Porque no quieren que haya gente…
Estefanía Bitan: De hecho, en la comunidad de Steam hay grupos cerrados solamente de mujeres, para jugar ellas solas a ese tipo de juego, porque en el momento que entras de libre…
Eso está en otros ámbitos. Hace poco BlaBlaCar metió en la aplicación la opción «Sólo mujeres».
Estefanía Bitan: Sí, claro, por el acoso.
Rocío Tomé: Pero si alguna vez o alguno de los comentarios que tengamos ahí te dicen «¿cómo que un 50% de mujeres jugadoras? Eso no se lo cree nadie». Le voy a decir que, si tú quieres quitar a las mujeres que juegan al ‘Candy Crush’, te voy a quitar a los que sólo tienen la PlayStation para jugar al ‘Call of Duty’. Porque si sólo estás jugando a un juego, tampoco eres un jugador. Pues entonces nos quedamos en un 50% de mujeres, 50% de hombres, pero quitamos los dos extremos. No me cojas los del ‘Call of Duty’ y me quites los del ‘Candy Crush’, ¿vale?
Y hasta aquí la primera parte. Durante el día de mañana, seguiremos discutiendo sobre el concepto del jugador, la industria del videojuego y cómo ésta está cambiando (y todavía debe cambiar) para ser más representativa e inclusiva. ¡Os esperamos!
¡Nos hemos mudado!
Conoce nuestra nueva revista y apoya el proyecto de Editorial GameReport.
Entra en el LOOP