por Fernando Conde
3 mayo, 2018
Por alguna parte hay que empezar. Y lo suyo es empezar por el principio. Hoy comenzamos una aventura nueva en este Flynn’s Arcade: un viaje, espero que largo y provechoso, por el mundo de los arcades, las máquinas recreativas. Un viaje por el hardware y el software que dieron lugar a una de las revoluciones más importantes de finales del siglo XX, una revolución que cambiaría entre otras cosas el entretenimiento, el arte, la tecnología y la relación del gran público con ella.
Una revolución que, como muchas otras, tuvo un principio. Como esta sección. Y creo que es de justicia poética que ambos sean el mismo: ‘Computer Space’.
Aunque todo en esta vida es discutible, poca discusión hay acerca de que ‘Computer Space’ es el primer videojuego comercial y, a la vez, el primero que funcionaba con monedas. El primer videojuego arcade en toda regla. Sin embargo, para bucear en sus raíces hay que irse un poco más atrás en el tiempo y, cómo no, al MIT. Allí, un miembro del Tech Model Railroad Club, gran aficionado de la ciencia ficción con acceso a una computadora PDP-1, dedica unos cuantos cientos de horas a programar una aplicación interactiva: un juego que denomina ‘Spacewar!’ y que consiste en controlar dos naves espaciales que se disparan torpedos entre sí. Steve Russel ha creado, en 1962, el que es considerado el primer videojuego para ordenadores de la historia.
‘Spacewar!’, sin embargo, tenía un público muy limitado: aquéllos con acceso a ordenadores PDP-1, que no se gastan la millonada precisamente para jugar. ‘Spacewar!’ no es más —ni menos— que una curiosidad tecnológica en un mundo de curiosidades tecnológicas. Sus creadores barajan la posibilidad de sacar rendimiento comercial, pero lo descartan con rapidez.
En este punto podemos mencionar a Nolan Bushnell. Puede que le conozcan de otras películas comerciales como “Yo fundé Atari” o “Yo lancé Pong”, pero en 1969 llevaba apenas un año graduado de la universidad. Bushnell era un brillante exalumno de gente como Ivan Sunderland —creador del primer visor de VR de la historia—. Pero su brillantez y su formación de primera línea no eran su activo más importante: Nolan era lo que viene siendo un emprendedor de los de verdad, una de esas personas con la valentía, la locura, o ambas cosas a la vez, como para hartarse de su primer trabajo en 18 meses, transformar el cuarto de su hija de dos años en un taller —lo cual hubo de requerir también sin duda una considerable dosis de convicción y cierta falta de escrúpulos— y ponerse manos a la obra a su visión: recrear su videojuego favorito de la universidad, ‘Spacewar!’, en una versión que funcionase con monedas.
Pongámoslo en perspectiva: este pollo se decide a construir en casa una versión comercializable y que funcione con monedas de un videojuego que funciona en un sistema que cuesta una millonada.
‘Spacewar!’ era un juego complejo, con físicas newtonianas. El campo de juego era una pantalla con un mapa estelar basado en el cielo real y un sol en el centro, con su campo gravitatorio y todo, afectando a naves y a torpedos, lo que permitía estrategias interesantes como usar el pozo gravitatorio para acelerar, pero también tenía riesgos como acabar atrapado en él y estrellarse. Las naves tienen inercia —y en el espacio no hay rozamiento que las frene— y existe un salto hiperespacial que puede salvarnos en un momento de crisis, o precipitarnos dentro de la estrella.
Nolan aprovechó su trabajo como ingeniero en Ampex para hacerse con gran cantidad de componentes gratuitos —cedidos por su empresa para hobbies— y diseñó una placa que reproducía el juego con sorprendente exactitud, que conectó a un antiguo televisor en blanco y negro que compró en beneficencia. Tuvo hasta que diseñar él mismo un sistema para la entrada y almacenamiento de monedas. ‘Computer Space’ había nacido y Bushnell se lo llevó bajo el brazo a Nutting Associates, una empresa que decidió licenciarlo y contratarle. Su necesidad de controlar su visión era tal que modeló personalmente el mueble con arcilla.
Lo cierto es que las cosas no fueron muy bien con ‘Computer Space’. La primera localización de prueba, un bar frecuentado por estudiantes de Stanford, generó un buen montón de monedas, pero un juego que iba acompañado de manuales de instrucciones de buen tamaño para explicar cómo usarlo no funcionó particularmente en bares de currantes (usando palabras del propio Nolan).
Nutting fabricó 1500 unidades de la máquina, que lanzó en 1971, pero no llegó a venderlas todas. Bushnell, aun reconociendo que el juego era complejo, siempre culpó de los malos resultados a Nutting, que no atravesaba un buen momento. Según él, la máquina no funcionó del todo mal y podría haber funcionado mejor.
Bushnell estaba tan seguro de que podía hacerlo mejor que ellos que decidió fundar su propia empresa, Syzygy. Lo que pasa es que el nombre de Syzygy estaba cogido, así que eligió la palabra usada para dar jaque en go: Atari. Pero esa es otra historia.
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