26 marzo, 2019
Lo bueno de ser pobre en itch.io es que, doquiera mires, hay juegos de gratis a los que jugar. Sí, puede que no sean demasiado largos (de hecho, más bien breves), y puede que muchos sean un tanto «meh» (recordad, la Ley de Sturgeon), pero IT’S FREE! O mejor dicho, IT’S PAY WHAT YOU WANT! o lo que los castizos conocemos como «la voluntad». Lo malo es cuando hallas un juego que bien merece una propinilla, pero no te encuentras con la situación económica como para hacer según qué dispendios, o bien sabes que te vas a sentir al menos igual de culpable por gastar lo que no llega ni a unos míseros dos dólares en videojocs.
Pensaba en estas cosas mientras navegaba una fría mañana de lunes por itch.io, preguntándome cómo iba a evitar que me pillara el toro de la hora de entrega de este artículo, cuando decidí mirar en la etiqueta de beat’em up, a ver si me topaba con algo que me diese tanta alegría como ‘Rawal Rumble’ en su momento. Una imagen, de arte pixelado que despertaba en mí vagos recuerdos del añejo y querido ‘Street Gangs’, llamó mi atención. ¿Podía ser ésta la recomendación que os hiciera este martes, o tendría que seguir buscando?
Bueno, estáis leyendo este artículo, así que ¿cuál creéis que es la respuesta, zagalas y zagales?
‘Heaven’s Point’, de los suecos Digital Punch, se presenta como un híbrido entre aventura y juego de tortazos contra pandilleros de estética orgullosamente retro: tenemos botón de puñetazo, patada, salto, guardia y carrera, pero también tenemos un botón que hace aparecer un menú contextual para mirar, tocar y gustar/hablar con objetos/personajes. Y será a ese botón al que (probablemente) demos más caña al principio de la demo pre-alpha que han puesto a disposición de los jugones en itch.io, porque nuestro anónimo héroe comienza su aventura en el interior de su apartamento, donde no escasean los objetos con los que interactuar.
Serán estas primeras interacciones, así como los encantadores gráficos de pixel-no-muy-gordo, los que nos metan enseguida en la atmósfera del juego, hecha de mugre y humor negro. La tele está rota, el frigorífico con la puerta atascada desde ni se sabe, el horno no ve uso desde hace años… y no me pidáis que hable del inodoro. Al menos el saco de boxeo que cuelga junto a la pared aguanta bien los golpes, por si queréis practicar vuestra técnica; eso sí, yo que vosotros probaría con el deshilachado sofá, que a lo mejor encontráis unas monedicas caídas entre los cojines. Ah, no os olvidéis de beber agua en el lavabo, que la hidratación es buena para la barra de vida.
Al salir al rellano de vuestro piso, una llamada de vuestra amiga April O’Neil June os saca de la monotonía diaria. La muchacha, periodista sensacionalista aguerrida de profesión, está siguiendo una historia sobre criminalidad callejera, y necesita nuestra ayuda. Para ser exactos, acaba de ver a un grupo de malotes arrastrar a un pobre infeliz a un callejón, pero no puede seguirles y grabar lo que ocurre porque han cerrado la puerta tras de sí. Al mismo tiempo, hay un vagabundo junto al colmado chino local que quiere una cerveza, y a cambio nos promete algo que nos ayudará. ¿Pueden ambos hechos estar relacionados? Siendo un juego de aventura, podéis apostar los nudillos a ello.
Y qué bien que hablemos de nudillos, porque en cuanto solucionéis este sencillo puzle tendréis ocasión de probar cómo va eso del combate en ‘Heaven’s Point’. ¿Mi veredicto? Está bien, sin alardes. Los puñetazos y patadas tienen una variante fuerte, activada si pulsamos el botón en vez de baquetearlo; contamos con un botón de guardia, y si combinamos dicha tecla con la dirección en la que tengamos un enemigo cercano, haremos una presa; no podemos lanzar a los enemigos (aunque sí sacudirles mientras les tenemos sujetos), ni atacar saltando o a la carrera, pero tampoco es que los enemigos requieran mucho más; y eso que no nos enfrentamos a cuatro gatos, sino a un buen puñado de maleantes.
El inevitable secuestro posterior de no-April, y nuestra llamada por teléfono a un taxi para ir a su rescate, ponen el cierre a este bocadito de prueba que Digital Punch ofrece, musicado con portentosos sintetizadores ochenteros y poseído por un humor tan vulgar y negro como efectivo. Con semejantes bases, y siempre y cuando los desarrolladores sepan explotar las posibilidades que ofrecen, estoy bastante seguro de que me acabaré rascando el bolsillo para echar unos tortazos en esta urbe criminal llamada ‘Heaven’s Point’; ya me sentiré culpable cuando esté en pie sobre una pila de criminales noqueados.
¡Nos hemos mudado!
Conoce nuestra nueva revista y apoya el proyecto de Editorial GameReport.
Entra en el LOOP