por Juanma García
2 julio, 2015
Los Jinetes, su simbolismo
Hace relativamente poco, veía un documental por la televisión que hablaba de los Jinetes del Apocalipsis. En dicho documental se hablaba de teorías que hipotetizaban sobre qué significaba cada jinete y el color simbólico de su caballo, pero lo que más me llamó la atención fue un hombre de Texas llamado Ray Gano, el cual se preparaba para ese supuesto apocalipsis del que nos habla el Libro de las Revelaciones del Nuevo Testamento en la religión católica. Gano, que fue agente de la TSA, se había convertido haría unos diez años al cristianismo por el Libro de las Revelaciones, y así empezó a gestionar un sitio web sobre cómo prepararse para cuando llegue el llamado Juicio Final. Sin necesidad de presentación, los cuatro jinetes son reconocidos por dos aspectos muy simbólicos: un caballo y un objeto. A la Victoria le eran otorgados un arco y un caballo blanco; a la Guerra correspondían un espadón y un caballo rojo; el Hambre cabalgaba sobre un caballo negro, y portaba una balanza en la mano izquierda; y por último el caballo bayo era cabalgado por la Muerte, que portaba una guadaña y llevaba el Hades tras él.
Cada cual entiende un tipo de mensaje en los Jinetes. Esta liberación se lleva a cabo —y siempre bajo la batuta de creencias religiosas— cuando Jesucristo abre una serie de sellos sagrados, dando lugar a la aparición de la Victoria, que por otro lado, es representada por la mentira, y según muchas teorías vendrá con la vitola de ser una persona excelente que acabará sumiendo el caos en el mundo en primer lugar. En segundo lugar se comenta la llegada de la Guerra, oculta tras una máscara bastante actual que pasa por bombas nucleares, países envueltos en conflictos y un futuro destructivo que absolutamente nada podrá detener. Por su parte el Hambre, a lomos de un corcel negro, personifica la desnutrición: plagas y la crisis económica que asolará a la Tierra cuando el supuesto día del juicio llegue. En último lugar, y rompiendo el cuarto sello, la Muerte será beneficiada con el don de sembrar su terror para separar las almas de este mundo e inundar con sangre cada rincón: también será la encargada de traer el Hades consigo misma, y comandar a los tres jinetes restantes en el Día del Juicio Final.
Cabe comentar que, además de las teorías escritas, existen ciertas representaciones artísticas de diferentes pintores. Pero eso lo veremos en el último apartado de este texto. Ahora toca hablar de videojuegos, y concretamente de una de las sagas que han adoptado a los Jinetes como protagonistas de sus entregas: ‘Darksiders’.
Darksiders — Sobre Guerra
«Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: “Ven”. Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la Tierra la paz para que se degollen unos a otros; se le dio una espada grande».
Los niños jugaban en el parque sin saber lo que pronto iba a ocurrir en la ciudad. Cuando todo se torció, una persona estaba paseando por la calle, otra conduciendo de regreso a su casa, un mendigo pedía dinero en la acera para llevarse un trozo de pizza a la boca, y alguien soñaba con ser un famoso jugador de baloncesto. El Apocalipsis se había adelantado a las predicciones de cualquier profeta o sabio, y había tomado de campo de batalla la Tierra: cielo, infierno y hombres disputando una cruzada llena de fiereza y perecimiento. Cada tumba rechinaba con el lamento de un inocente caído en desgracia, un futuro cadáver que servirá de pasto para los gusanos que puedan sobrevivir a tan cruento acontecimiento. Asumiendo el papel de Guerra, seremos condenados por el Consejo Abrasado por provocar este acontecimiento antes de tiempo. A pesar del intento de nuestro personaje de debatir su inocencia, somos condenados a la destrucción, pero antes de llevarse a cabo el agónico proceso logramos llegar a un acuerdo para intentar probar nuestra inocencia, inmiscuyéndonos cien años más tarde de los acontecimientos en un mundo sumido en el caos total. A lo largo de la historia de ‘Darksiders’ podemos contar con los dedos de una mano los sucesos que vayan a residir en nuestra memoria a lo largo de los años, lo cual es una auténtica pena y un error de proporciones extremas: jugar con el tema del Apocalipsis no llega a estar del todo resuelto con acierto, a pesar de la grandísima atmósfera de destrucción, fuego y caos en general. Los principales errores residen en los combates, que por momentos resultan aburridos, nada frenéticos, y que en cambio en según qué jefes finales explotan en una montaña rusa de sensaciones: dificultad, presionar el botón de esquivar como si no hubiera un mañana, nerviosismo, ataques de histeria. Es de resaltar que el muermo que imponen algunas partes del juego no se soluciona con unas batallas de jefes finales o una historia que, por otro lado, no está para nada mal: resulta atractiva y llena de pequeños detalles que nos hacen esbozar sonrisas y alguna lágrima.
Contar la historia desde la perspectiva de uno de los Jinetes del Apocalipsis es uno de los aspectos que hacen a ‘Darksiders’ épico para según qué personas (el que suscribe estas líneas, por ejemplo). A lomos de su corcel y con su colosal espada llamada Devoracaos, Guerra se nos presenta como un personaje tosco pero de gran habilidad en el manejo de sus habilidades. Esta tosquedad y dificultad con respecto a sus hermanos hacen que el videojuego requiera, en el tema de la jugabilidad, un manejo especial a la hora de esquivar y medir los golpes, y tener especial cuidado con las hordas de enemigos que en cualquier momento nos puedan aparecer —aunque cabe decir que nos podemos transformar en un bicho de fuego gigante como forma final del Jinete—. Por otro lado, el juego se mantiene en una montaña rusa de simplicidades y dificultades, que rara vez varían para explotar al máximo nuestras habilidades, pero que en otros niveles de dificultad nos darán más de un disgusto, y cada muerte que nos ocurra cortará como el mismísimo acero de nuestra espada.
Toda obra que se precie guarda sus secretos, sus virtudes y sus defectos a los ojos de los distintos jugadores que se pongan manos a la obra con la esperanza de encontrar un grandísimo título. Ante nuestra mirada rastreadora de fallos y aciertos, ‘Darksiders’ sabe manejarse en un cuadrilátero con mecánicas muy similares a lo largo del juego: hay que luchar a muerte contra los enemigos, debemos ser hábiles en nuestro combate, y sobre todo hay que buscar nuestra liberación, nuestra inocencia arrebatada. Se nota claramente en el videojuego desde el primer minuto que Vigil Games —descanse en paz— persigue un equilibrio entre la acción desenfrenada y una historia llena de pequeños detalles que termina por convencernos: eso sí, sin dejarnos tan conmocionados y sorprendidos como cabría esperar. A la vista se ve el esfuerzo por mostrar el infierno en la Tierra con sus enemigos, ambientación y detalles que dan a entender la catástrofe; pero falta algo, falta el hedor a muerte en todo momento. Todo esto, por suerte, se vio implementado en la segunda entrega: eso sí, sacrificando el alma de la historia, aunque no su carácter.
Darksiders II — Sobre Muerte
«Cuando el Cordero abrió el cuarto sello oí la voz del cuarto ser viviente que decía “Ven”. Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte y el Hades lo seguía: y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la Tierra para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra».
En México, la muerte es objeto de culto, y entre sus distintas peticiones están las plegarias amorosas, afectivas, las relacionadas con la suerte, y un sinfín más. Se habla de que cuando el corcel de la Muerte machaque el suelo con sus patas, el fin habrá llegado sin contemplaciones a nuestro mundo, y que en cierta parte ésta estará relacionada con la Guerra de alguna forma, al igual que al resto de los Jinetes. La familia que mata unida, permanece unida.
En ‘Darksiders II’ asumimos el papel de Muerte, un personaje mucho más frío, complejo y que emana cierto grado de misantropía en las distintas conversaciones que se suceden en el juego. El jinete mas borde del conjunto apocalíptico busca en esta segunda entrega probar la inocencia de Guerra por los hechos acontecidos en el videojuego original, pero por desgracia no es un ambiente en el que el juego se sienta cómodo. Si bien es cierto que Muerte resulta un personaje entrañable —dentro de lo que cabe, claro—, la historia es un batiburrillo de errores que se suceden uno tras otro sin descanso: misiones sin mucho sentido en varias ocasiones, personajes vacíos de carisma, y una trama que ni por asomo alcanza el peso que tenía la primera entrega. Por suerte, si algo hace decrecer el descontento de muchos fans en este aspecto es el apartado artístico, que resulta mucho más adecuado al personaje que lo que se nos ofrecía en el ‘Darksiders’ original: lleno de naturaleza muerta, monstruos venidos del Averno, y ubicaciones envueltas en ruinas, en edificios muertos, en la nada.
Para esta segunda entrega, los puzles vuelven a posicionarse como un elemento que está en todo momento y que no molesta en absoluto. Como única diferencia con respecto a la primera entrega está la importancia que le suman al moverse por paredes, techos o cornisas al más puro estilo plataformero del palo de ‘Prince of Persia’, trazando un camino recorriendo paredes y saltando de un lado al otro para llegar correctamente a nuestro destino. Es gratificante que se implemente una técnica de este estilo, puesto que al juego le va de maravilla y es un auténtico gustazo ver moverse a Muerte: una oda a la oscuridad eterna, rápida y certera.
En todo momento que un servidor estuvo comandando a Muerte en sus batallas sintió la inmensa alegría de tener un combate fluido: ágil, fresco y muy gratificante en términos generales. La simplicidad reside en que cada botón del ratón está dedicado a una tarea concreta: con uno atacamos con las rápidas guadañas, con otro ofrecemos un golpe de arma pesada, y con la rueda del ratón podemos apuntar, lo cual tendrá sentido con la utilización de bombas lapa o para aumentar la precisión de nuestro disparo con la pistola. Por otro lado, y como una de las novedades estrella que tiene este ‘Darksiders II’, se sitúa en el combate contra jefes secundarios: jefes de mazmorra inmensos y en algunos casos complicados, que requerirán esfuerzo y sudor para llevarlos a las garras de la Muerte, nunca mejor dicho.
A pesar de lo mal planteada que está la historia en este juego, y del poco partido que se le saca al que tal vez sea el personaje más carismático de los cuatro Jinetes, ‘Darksiders II’ es rico en combate y jugabilidad, siendo sin duda un gran entretenimiento y estando un peldaño por encima del primero en ese aspecto. Está convencido de sus posibilidades, está hecho para entretener y gustar por partes iguales y pasar un buen momento, pero vuelve a pecar en otros aspectos como la historia, en la que a pesar de que las misiones sean divertidas de ejecutar no tienen ningún tipo de conexión con los objetivos que se plantea nuestro personaje al principio del título.
Relación de la cultura y el videojuego
Si la enfocamos desde una óptica histórica o religiosa, la saga ‘Darksiders’ peca en cierta manera de no resultar totalmente fidedigna con lo que se conoce como el Apocalipsis, pero tampoco le hace falta, puesto que ofrece su visión particular con ciertos matices que relacionan ambas partes. La visión que revela el Apocalipsis sobre el jinete Guerra comenta que éste va cargado de una espada y traerá consigo mismo el mal y la destrucción del mundo, cosa que ‘Darksiders’ cumple en cierta parte a la hora de adaptar el texto. Si bien no termina de ser cierto que Guerra provoque el Apocalipsis —recordemos que nuestro objetivo es probar la inocencia del personaje ante este suceso—, sí son rotundamente correctos el aspecto y detalles que Guerra muestra durante el juego: un caballo de tonos rojizos y negros, un espadón, y la mirada destructora y llena de ira, en este caso concreto por su inmerecido castigo. Algo parecido le pasa a Muerte en el segundo título de la saga, donde además de probar la inocencia de su hermano Guerra buscará sus propias virtudes para llevar a cabo sus objetivos personales. Muerte, en este caso, se presenta como un guerrero cargado con dos guadañas, una calavera por cabeza, y puede ir a lomos de un caballo blanco en el que destaca cierto ambiente fantasmagórico, como recién venido del Hades, del averno.
Si los comparamos con los cuadros de dos de los pintores que retrataron a los Jinetes del Apocalipsis —Viktor Vasnetsov y Alberto Durero—, no sólo encontraremos las diferencias de aspecto entre las cuatro obras que suponen los cuadros y los videojuegos en cuestión, sino que observaremos grandes relaciones en el conjunto que cargan los Jinetes en las obras. En el caso de Vasnetsov podemos comparar ciertos elementos utilizados en su obra pictórica con los ofrecidos en ‘Darksiders’: la mezcla de los colores claros y oscuros, la lucha entre la vida y la muerte, la desesperación y la transformación de lo benevolente en lo asesino y mezquino. Pero, ¿qué hay de Victoria y Hambre? ¿Qué aspecto tendrán en ‘Darksiders’ en los posibles juegos que se puedan lanzar? Pues absolutamente ninguno, porque en futuras ocasiones lo que veremos son las caras de los dos hermanos de Guerra y Muerte: Disputa y Furia. A través de los bocetos mostrados por Joe Madureira en 2010, y cuando aún no sabíamos nada de ‘Darksiders II’, podíamos observar lo que acabó siendo Muerte, y lo que con toda pinta serán Disputa y Furia en hipotéticas entregas: Disputa con dos pistolas a cuestas y una tercera arma que no fue revelada, y Furia cargando con ella una especie de látigo y con un aspecto que hace que cueste no imaginarla como una auténtica elfa.
Con los bocetos de Disputa y Furia se tiró al traste el único hilo de conexión que mantenían los Jinetes del Apocalipsis del Libro de las Revelaciones con ‘Darksiders’; pero claro, también hay que decir a favor de la esperanza que, con la desaparición de Vigil Studios y nuevos empleados a cargo del proyecto, estos bocetos se pueden ver cambiados y adaptados de tal forma que sigan manteniendo ese parecido tan inmersivo de Guerra o Muerte. De igual manera, hay varias similitudes entre los Jinetes originalmente descritos por el Libro de las Revelaciones y los descritos y representados en ‘Darksiders’: es por ello que un cambio de apariencia, y sobre todo de nombre, puede hacer que en un futuro encontremos en una tercera entrega personajes para nada relacionados con los Jinetes originales. A la espera quedaremos.
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