por Luis García
10 octubre, 2019
Todo redactor halla un modus operandi que le facilita la escritura. Continuous Play es una sección donde la música tiene tanto peso como la breve unión de palabras que conforman un contexto para la banda sonora tratada. Pero hoy algo ha cambiado. La fantástica música de ‘OlliOlli’ suena en estos momentos por encima del ruido de la rápida pulsación de las teclas del portátil, de la misma forma que surfeaba por el aire con la elegancia excelsa de la selección de tracks que Roll7 elaboró para acompañar los saltos y deslizamientos de nuestro skater en dos dimensiones. Una listado que recopila un puñado de canciones caracterizadas por su composición experimental, siempre electrónica, y la ausencia de vocales, más allá del uso de samplers esporádicos. Chill-hop, ambient, reminiscencias drum’n’bass y unas tantas etiquetas más que no aportan nada, porque la banda sonora de los dos ‘OlliOlli’ lanzados hasta la fecha sólo se puede paladear y procesar. Hablamos de delicia auditiva. Platillos que aun cuando golpean con fuerza no dañan al oído humano, sino que dan placer, como el mordisco juguetón en ambientes caldeados. ¿Y qué tiene que ver esto con mi forma de trabajar? Mi norma es primero registrar la sesión, luego escribir ya habiendo procesado toda la música. Hoy me he despertado distinto, algo salvaje, por lo que en esta ocasión lo estoy haciendo a la inversa, mientras escucho los temas de Kelpe, Ital Tek, Monk o Tobacco. Por un lado placer, por el otro tortura derivada del ansia de poner en marcha la mesa de mezclas. Algo así como quien se sube a un monopatín para flotar sobre una barandilla, aunque eso le cueste más de una hostia. En los ‘OlliOlli’ ese ejercicio se traduce en un prueba y ensayo digno de los mejores arcade. Una franquicia que representa adicción al deporte urbano y buen gusto por la música. Google reza que alguno de los artistas son de lo mejor del panorama experimental, y no lo dudo, viendo lo que tengo entre manos. Quizá por eso dejo de escribir y paso a saciar mi creciente deseo. Ahora sí, coge asiento —si puedes también unos auriculares—, dale al Play y disfruta.
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