A la tercera va la vencida

Junio se diluye entre días sin IVA y ofertas locas y nosotros nos preguntamos por qué los calendarios son tan tramposos. El tiempo juzga, decide las generaciones, decide lo que es novedad y retro. Y aunque resulte una dicotomía injusta, lleva implícita muchas connotaciones que someten a cualquier publicación tanto a periodicidad como a caducidad. Por esa razón queríamos escapar de la actualidad más allá de lo estrictamente necesario y utilizar la publicación de ‘Mario Kart 8’ como excusa para hablar de Nintendo.

Hay muchas cosas más, desde luego, pero ‘Mario Kart’ resume con su ocho infinito que siempre se avanza en la misma dirección, buscando la perfección pero repitiendo el camino andado. Nos deja un E3 lleno de formalismos y poco riesgo, nos deja una generación agotada de reciclar recursos, y sentimos que ese ocho es un código en clave que debe ser desencriptado y descompuesto. Debemos enterrar la bandera de cuadros e izar una bandera pirata, debemos revisar las cuentas que el tiempo ha sumido entre toneladas de polvo y cuestionarnos por qué la presentación de un videojuego exige siempre estar rodeado de un zocodover circense.

Pero sobre todo, queremos ignorar las rutinas y viajar hacia rutas salvajes. Contigo.

¡Nos hemos mudado!

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