por GameReport
24 febrero, 2016
Cada vez que un pequeño grupo editorial, autor novel o, en nuestro caso, magacín digital, decide imprimirse en papel, se cae en la acusación del romanticismo. «Queremos vernos en papel, por puro romanticismo». Si este movimiento era una ruptura con lo clásico, tal vez. El actual clasicismo impone la distribución digital, la gratuidad por las bravas, las campañas de mecenazgo o la inclusión de sociedades privadas.
Creo que hay un enfoque erróneo aquí. Que nosotros, GameReport, decidamos lanzar, asumiendo unos graves costes para quienes somos, una tirada de nuestro undécimo número en papel, no significa que nos hayamos vuelto unos románticos. Significa que nuestro trabajo simplemente quiere sobrevivir a ese clasicismo digital. Me explico: desde el primer día, un 7 de abril de 2014, hemos apelado a una comunicación lo más atemporal posible, un diálogo sin presiones ni arritmias publicitarias, una crítica a la obra en sí misma y no a su marco histórico supeditado por trendind topics. En cierta medida es inviable porque elimina una parte troncal en la visión misma de la obra, pero creemos haber entendido el auténtico significado de la palabra atemporal.
Leer en digital es leer tal y como se lee en un videojuego. No se da una traducción de medios y herramientas que posibiliten una síntesis, adición y sustracción, de un lenguaje a otro. Querer escribir en papel de la misma manera que se escribiría en un blog de tardes libres es un error de bulto tal como querer describir uno a uno los cuadros de la serie ‘Los girasoles’, de Van Gogh. «Las pinceladas del sector inferior derecha parecen ejecutadas a izquierdas con una prisa inusitada; se aprecian irregularidades y algún que otro grumo ocasionado tal vez por una mala mezcla en el óleo». Ya me entienden, es tratar al espectador como lector, pero es una traducción descriptiva, como los viejos análisis de piezas informáticas. Una lectura muerta.
Entonces, ¿cómo captar la esencia de una obra viva y querer además que tu discurso sea persistente en el tiempo? El papel. El papel es pausado como una pantalla de carga. Es hardware frente a software. Se humedece y ensucia como un viejo cartucho de NES; de igual manera, puede sobrevivir a impagos del hosting, caídas en tu conexión a internet y links muertos. El papel nos exige revisar una y mil veces porque una vez impreso ya está grabado en piedra para siempre. No hay parches: en el momento que existe, ya es oficialmente obra completa.
Ayer quise jugar a ‘Pain’, una pequeña tontería que Idol Minds lanzó en 2007 para PS3 y que contenía todas esas ideas que luego explotarían los simuladores de cosas, desde ‘Surgeon Simulator’ hasta ‘I Am Bread’. El apartado online tenía el candado echado. Después cogí ‘Battlefield 3’ y paseé, completamente solo, por algunos de sus mapas online, ojeando con atención cada recoveco de aquellas ratoneras visitadas en interminables ocasiones. Los ciclos del marketing y la dichosa obsolescencia digital habían matado al juego y dejado el contenedor. Una caja vacía.
¿Dejaremos entonces la web? Ni hablar. Ni los consiguientes números digitales libres para descargar, con probabilidad bimensuales. Lo que hacemos con esta decisión es añadir una opción —pedida por la mayoría de vosotros—, una posibilidad para quienes quieran el paquete completo. Y, asumiendo que todo muere tarde o temporano, os antepondréis a cualquier pérdida. Además recibiréis una serie de regalos e incentivos que nada tienen que ver con los DLC de Capcom. Os van a encantar.
¿Por qué papel? Porque es la única forma de sobrevivir al tiempo sin mentir en algún momento. Porque nacimos con ello en mente y, aunque amamos la lectura más allá de su formato, entendemos que su lugar final es éste. Porque en internet se lee deprisa y se olvida pronto pero en papel nunca hay una última lectura impuesta por la caducidad de las cosas fútiles. Creemos que una buena revista en papel es como un buen videojuego: pervive más allá de su motor de diseño y los escollos tecnológicos de su época. No sabemos si somos una buena revista, pero si algo tenemos claro es que llevamos desde el primer día intentándolo y que, con este salto, queremos hacerlo aún mejor. Os lo debemos a vosotros, lectores. 🙂
¡Nos hemos mudado!
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