por GameReport
2 noviembre, 2016
Puede que nunca nos apunten los focos ni nos deslumbren los flashes de las cámaras, pero la épica del deporte nos acompaña desde la más tierna infancia. Unas mochilas simulando los palos de las porterías y una lata abollada eran suficientes para representar nuestro partido del siglo, y las pachangas en la playa jugando a las palas podían convertirse en duelos a vida o muerte, una cuestión de honor que justificaba interminables secuencias de revanchas. Aún no los sabíamos, pero estábamos deteniendo el tiempo, sumergidos en una burbuja donde el mundanal ruido no podía entrar, sólo el jaleo imaginario de cientos de hinchas alentando nuestras improductivas carreras. Teníamos incluso normas propias e innegociables: «si no llego es alta», «penalty-gol es gol», «el que la tira va a por ella»… ¿Quién necesitaba árbitros cuando todo funcionaba bajo la democracia de las reglas no escritas?
Pensamos, erróneamente, que al crecer dejamos atrás esos sueños líricos de competición y gloria; pero nunca se desvanecen del todo. Algo tienen en común tratar de encestar una bola de papel desde nuestra silla con ruedas en la papelera del otro lado de la oficina y las partidas online contra desconocidos al videojuego deportivo más en boga. Ambas acciones aluden a la misma abstracción: convertirnos durante unos instantes en héroes, laureados conquistadores de trofeos arropados por el aliento de millones de seguidores.
Aunque pudiéramos albergar alguna duda al abordar una temática tan especial como la de los juegos deportivos, nos hemos dado cuenta de que, efectivamente, aún retenemos parte de ese espíritu competitivo que no se conforma con participar, que nunca arroja la toalla. Quizá por eso seguimos aporreando los botones para batir récords imposibles en ‘Track & Field’, memorizando secuencias de trucos en ‘Tony Hawk’s Skateboarding’ o planificando meticulosamente cada curva de ‘Sega Rally Championship’. Nos hemos perdido entre los interminables campos de fútbol de ‘Oliver y Benji’, peleado contra Mike Tyson y recorrido la evolución del tenis virtual desde el primigenio ‘Tennis for Two’ al último ‘Top Spin’. Y todo esto sin levantarnos del sofá, pero con las pulsaciones igualmente a tope.
Este número 14, como el mítico dorsal del flaco Johan Cruyff, ha venido para dejar su impronta. Y para ello hemos contado con un invitado de excepción: Jesús “Pedja” Relinque —coautor de ‘Génesis: guía esencial de videojuegos españoles de 8bits’— nos cuenta sus días de fútbol, vino y rosas. Pero hay vida más allá del deporte rey, y mientras recuperamos el aliento le echamos un ojo a deportes exóticos como el sumo o el snowboarding; y nos retrotraemos hasta los noventa para echar unos tiros junto a Mark Turmell en su mítico ‘NBA Jam’. El acercamiento del videojuego al deporte, por otro lado, nos deja sorprendentes campos de estudio, como la tecnología detrás esos estrafalarios (o no tanto) controles por movimiento; pero también la diversión despreocupada de las aproximaciones ultraviolentas de Kunio-kun y su pandilla de indomables. Sin duda, hemos encontrado más contrastes de los que imaginábamos.
Pero el deporte evoluciona, y es capaz de llegar a lugares a los que jamás habríamos imaginado años atrás. Por eso intentamos comprender el auge de los eSports y soñamos con deportes futuristas que, por el momento, sólo existen en la ficción. Quién sabe si en unos años retransmitirán por realidad virtual partidos de la ‘Rocket League’ o la ‘Lethal League’ pero, por ahora, nos conformamos con seguir soñando con la gloria del laurel. Busquemos un Player 2 y enchufemos la consola. Es hora de jugar.
+ Hazte con GameReport #14: El partido de tu vida: Hora de jugar
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